Jóvenes, ricos, famosos... Ya se sabe

No estoy muy seguro de que proceda este post a menos ya de 24 horas para el comienzo (¡por fin!) de nuestra anhelada Eurocopa. Pero viene al caso porque el diario Marca ha terminado de publicar una serie de tests con los jugadores de España con preguntas sobre el torneo, la selección y sus gustos personales. Leídas una por una (aunque alguna me falta), la verdad, no es que ayuden a conocer mucho a nuestros futbolistas. Tomadas como un bloque, en cambio, sí permiten extraer algunas conclusiones. Juguemos.

UN LIBRO. El test les pide que citen su libro favorito. Raúl Bravo y Vicente reconocen que no suelen leer; un arranque de sinceridad que podríamos haber esperado de alguno más. Por ejemplo de Joaquín, un fenómeno, pero al que no acabo de ver leyendo “El Quijote”, como él asegura. Si alguien esperaba encontrar entre los gustos de los jugadores joyas clásicas o perlas ocultas, que se olvide. De lo primero, sólo Xabi Alonso se queda con "El Gran Gatsby". Lo de estos chicos son los best sellers. ¡Cinco! de ellos eligieron “Los pilares de la tierra” (Aranzubia, Juanito, Marchena, César y Helguera). No faltan otros clásicos de la venta masiva como Paulo Coelho (“El alquimista”, elegido por Luque y Raúl; y “Verónica decide morir”, por Morientes) o “El Médico” (Etxeberria). Me sorprende, eso sí, el escaso impacto del pelotazo del año, ese Código da Vinci que ha tomado al asalto cada vagón de metro. Me da pena que Albelda reduzca a escombros un arte milenario al escoger, de todos los libros posibles, “El año que trafiqué con mujeres”, del que prefiero ahorrar comentarios. Del mismo autor, Capdevila eligió “Diario de un skin”. Torres se queda con la simpática “Lo mejor que le puede pasar a un cruasán”, síntoma de que tampoco ha debido de leer mucho y de que alucinará si algún día descubre a Eduardo Mendoza, que no creo que suceda. El más sorprendente es Puyol, con la biografía de Doire (ni Google me ayuda con esto). Valerón, a lo suyo, eligió la Biblia. A Xavi y Gabri sólo les alcanzó para decir “un libro de fútbol” y “el de Lance Armstrong”, respectivamente. “Cualquiera de Saramago”, dijo Baraja. En resumen: Doña Letizia, en una pedida de mano con cualquiera de ellos, no podría haber dicho que lo que le conquistó de su prometido es que se trataba de “un gran lector”. El único que citó un libro realmente memorable fue Míchel Salgado (“La fiesta del Chivo”), y tuvo que volverse para casa.

UNA PELÍCULA. Tampoco puede decirse que nuestros internacionales sean grandes cinéfilos. La película favorita de ¡siete de ellos! es “La vida es bella” (Aranzubia, Etxeberria, Luque, Raúl, César, Puyol y Helguera). La exclamación no cuestiona la calidad de la fábula de Benigni. Es sólo que el Dios del fútbol debe fabricar a estos tipos en serie, con el mismo molde, y más tarde los corta por el mismo patrón. Porque hay otros tres (Marchena, Raúl Bravo y, de nuevo, Helguera, que cita tres títulos) que se quedan con "Braveheart". Y tres más (Baraja, Gabri y Torres) prefieren una vulgaridad como un piano llamada “Días de fútbol”. Luego están los que, de todas las películas jamás rodadas, lo mejor que han visto en su vida es “Matrix” (Juanito), “Cadena perpetua” (Xavi), “El secreto de Thomas Crown” (Joaquín, el que leía “El Quijote”), “Gladiator” (Capdevila) o “El último mohicano” (Morientes). Vicente y Albelda se quedan con “El último samurai”. Ni una sola película anterior a los años 90. Lo dicho: unas ratas de filmoteca.

UNA COLONIA. Si les preguntan por su película favorita y responden cosas como “El secreto de Thomas Crown” y “Matrix”... ¿cuando les preguntan por una colonia responden Brummel o Nenuco? No precisamente. Y... ¿También parece que se hayan puesto de acuerdo para responder lo mismo? Ni mucho menos. Son a cada cual más exclusivo: Armani (Puyol y César), Armani o Gucci (Baraja), Escape (Albelda), Dolce & Gabana (Luque), Yssey Miyake (Aranzubia), Hugo Boss (Etxebe), Egoiste (Juanito), Ultraviolet (Capdevila), Happy (Xavi), Rochas (Joaquín), Cabali (Gabri) y Calvin Klein (Vicente). Y lo mismo sucede con los coches, de los que ahorraré detalles.

CONCLUSIÓN. Menos mal que, en caso de empate a puntos, existe el goal average y el desempate no se decide con preguntas de trivial. Aunque, viendo también en Marca entrevistas similares con las figuras de otras selecciones, casi que sería mejor jugarnos así la Eurocopa que en la habitual tanda de penaltis.